¡Que bien nos sentimos cuando nos dicen cosas bonitas!
Durante este trimestre Andrea (profesora de religión) y yo hemos realizado una actividad conjunta.
Cada jueves le ha tocado a un niño/a ponerse en el medio del corro y entre todo/as le hemos dicho las cosas bonitas que vemos en él/ella. Después hemos plasmado todo en un gran corazón.
El jueves pasado, último día que vino Andrea, le preparamos una sorpresa. Cuando entró en clase estábamos todo/as escondidos y se pensó que estábamos enfermos/as, luego le dimos un susto y le regalamos un gran corazón con las cosas bonitas que vemos en ella. ¡Se puso muy contenta!
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